
Se cuenta una historia de la antigua Grecia que Pigmalión, un escultor, que ansiaba la mujer perfecta esculpió y esculpió, hasta que la consiguió, pero era de marfil.
Pigmalión se enamoró de su obra, de tal forma que su mayor deseo era verla convertida en mujer de carne y huesos. Afrodita tan confiado lo sintió que ella diosa del amor concedió su deseo.
Hay muchos estudios que tienen de base esta historia, porque de ella deriva la importancia de lo que nosotros pensamos de los demás y de cómo les afecta e influye en sus vidas.
Cuando pensé en hacer este artículo me vinieron a la cabeza profesores que apostaron por mí, que me apoyaron y confiaron en mis posibilidades, mil gracias Don Baldomero, Don Epifanio, Paco y Maribel, vosotros fuisteis Pigmaliónes, para mí.
En mi profesión hay algo que llamamos etiquetas, que nos dice un poco lo mismo, decir que un niño es “malo” propiciará en él una actitud más propensa a “SER MALO” porque al final se lo creerá, este sería el efecto negativo.
Cuando dejamos ver que no confiamos en que se supere un objetivo muy probablemente no se consiga, y de la misma forma cuando apostamos y nos esforzamos en ayudar a conseguir un objetivo, se suele conseguir.
Con esto quiero decir que, en un momento determinado en una situación determinante, lo que hacemos ver que son los demás para nosotros o como son, puede influir de tal manera como para cambiarles las vidas.
Este efecto Pigmalión, afecta en todos los ámbitos de la persona. En la vida laboral depende de la consideración que tengan tus jefes de ti, si no te sientes valorado al final tu rendimiento cada vez irá a menos, a nivel personal, familiar, el sentir el apoyo de los tuyos, su confianza hace que te sientas más seguro de tus decisiones, a nivel social, pertenecer a un grupo no sentirte solo te hace sentir bien, incluso a nivel emocional, saber que lo que piensan de ti es bueno, lo que ven en ti es bueno te hace sentir mayor autoestima.
La mente se forma de esquemas que recibimos del exterior sobre nosotros, sobre el mundo. que curiosa es, ¿Verdad?
A veces es tan complicada la vida que no nos damos ni cuenta de lo importante que es mirar a los ojos para ver qué es lo que necesita ver esa persona que está delante de nosotros sobre ella misma.
Yo tengo dos hijos a los que adoro con toda mi alma y lo único que espero es poder enseñarles que son especiales y que podrán con todo, porque son fuertes y eso quiero transmitirles, que caerse es bueno y levantarse aún es mejor.
Cada día podemos ser el PIGMALIÓN de alguien así que ser agradables, porque no sabemos a quién podemos ayudar y a quien le podemos hundir.
PD: PARA TI:
Tu sabes quién eres y ese es mi propósito voy a ser tu PIGMALIÓN, solo tengo expectativas buenas sobre ti y de ti, así que vas a ser la leche, jajajaja. Ru.
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